Administración y Dirección de Empresas (ADE), Ciencias
Empresariales e Ingenierías Técnicas siguen ganando la partida a otras
titulaciones universitarias. Los
conocimientos técnicos ofrecen más oportunidades laborales, pero la especialización
ahora es imprescindible.
¿Por Vocación o por Interés?, esta es la pregunta que ronda en la cabeza de muchos
estudiantes cuando se tienen que decidir por unos u otros estudios
universitarios. La vocación, dicen los expertos, es fundamental si se tiene, ya
que los mejores suelen serlo en aquellos campos que les motivan.
Sin
embargo, es muy difícil encontrar a algún estudiante de bachillerato que tenga
claro a qué va a dedicar su vida laboral,
y son muchos –sino la mayoría– los que supeditan su decisión a las
posibilidades profesionales que ofrezcan estos grados.
Según V Informe Adecco Professionals sobre Carreras
con más salidas profesionales, Administración y Dirección de Empresas repite
como la carrera más demandada y abarca
el 4,5% de las ofertas de empleo entre titulados. Tras ésta se encuentran las
Ingenierías de Técnico Industrial y la de Ingeniería Informática (no en vano, "el 90% de los
empresarios recomiendan a los jóvenes carreras técnicas: ingenierías,
informática,…”).
En lo que todos los expertos coinciden es que ahora
las empresas buscan la especialización, pues "con un mercado laboral cada
vez más competitivo y con una mayor exigencia de requisitos de entrada, la
cartera de opciones se ha incrementado con una mayor oferta de programas de
especialización en finanzas, márketing, management internacional e innovación”, por lo que los estudiantes tienen que asimilar que las
reglas del juego han cambiado y tienen que apostar por la diferenciación.
Elegir la carrera con más opciones laborales es sólo
el comienzo. La Universidad, dicen los expertos, todavía está alejada del mundo
empresarial y es necesario que los estudiantes sean conscientes de lo
necesarias que son las prácticas
profesionales para habituarse a la
vida corporativa (las prácticas profesionales son el primer contacto con la
realidad empresarial, es continuar los estudios sobre el terreno).
El inglés
se ha convertido en un requisito básico e imprescindible, "además, se valora que el
candidato haya tenido alguna experiencia en el extranjero, que aporte algún
curso de posgrado o máster que lo especialice y otros aspectos competenciales
tales como implicación, compromiso y polivalencia". También se apunta a la orientación de resultados y
la capacidad para trabajar en equipo como dos rasgos que ahora buscan
los seleccionadores. Recordando que "las empresas demandan perfiles
proactivos, con gran adaptabilidad al cambio y orientación al cliente"
Por ello, y a modo de resumen, cabe dar a conocer lo qué
se necesita para ser el candidato ideal:
·
Lo más valorado por los directores de RRHH son los
conocimientos propios especializados del trabajo a desempeñar.
·
Los conocimientos tecnológicos despuntan como una
competencia transversal
·
Las cualidades mejor consideradas en los equipos de
recursos humanos son la capacidad de análisis y la tolerancia a la tensión. A
cierta distancia se sitúan el liderazgo y la dirección de equipos. Para los
profesionales de RRHH lo más importante es la orientación a objetivos